En la Escuela Particular de Taekwondo Marcial Pitrufquén, los golpes y las patadas no solo se entrenan en el tatami. Aquí también se cultivan valores poderosos como la solidaridad, la empatía y la unión. La semana pasada, este espacio de formación marcial fue escenario de un lindo gesto: la entrega de alimentos recolectados por alumnos, apoderados y su maestro, con el objetivo de apoyar a familias que enfrentan momentos difíciles.
La iniciativa logró reunir una significativa cantidad de alimentos, pero sobre todo, sembró conciencia y enseñanzas en niños y adultos por igual. “Se puede ser una buena persona y ser solidario. Enseñamos que, con un pequeño gesto, puedes alegrarle el día a alguien que realmente lo necesita”, compartió el instructor de la escuela.
No se trató de una campaña puntual ni de una acción de temporada. Muy por el contrario, el mensaje es claro: “Queremos seguir recolectando buenos corazones. Esto recién comienza”. Y para ello, invitan a la comunidad a sumarse, no solo con donaciones, sino con un cambio de actitud: poner una mano en el corazón y pensar en el prójimo.
Actualmente, la escuela apoya un caso urgente: una familia del sector rural que tiene a su cuidado un niño de tan solo 10 años. Las necesidades son muchas, pero la esperanza crece con cada persona que se acerca a aportar desde lo que puede. Se recibe todo tipo de ayuda, desde alimentos hasta ropa de abrigo.
“Hoy seguimos recolectando corazones. La medalla más grande no se cuelga del cuello: es la de ser mejor que ayer”, concluye el instructor David Poblete.
