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DETRÁS DEL RENDIMIENTO “CONFIANZA EN PROCESO”

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El rendimiento deportivo, ¿Causal de talento?, ¿Entrenamiento?, ¿Suerte? o, ¿Algo más?

Por Bastián Zárate Carter, Psicólogo Deportivo.

El deporte no es solo correr tras un balón, golpear una pelota, encestar una canasta, evitar que un rival pase o ser el más rápido. Si bien estos movimientos y/o acciones son básicas para dar vida al juego, existen múltiples disyuntivas que influirán en este.

El deporte, bien sea de máximo nivel como alto rendimiento, o sea visto como forma de recreación y competencia esporádica, implica una serie de demandas psicológicas las cuales pueden aumentar o disminuir su complejidad, factores personales y/o ambientales, que influyen e inciden en el desarrollo y el rendimiento deportivo.  (Linares,2018)

Popularmente creemos que la confianza en el deporte es pensar que somos los mejores y que nadie está por sobre nosotros, si bien esto puede resultar factible en casos, el deportista no es un superhéroe, por ende, tiene debilidades y puntos de flaquezas. La confianza no es pensar que nada ni nadie puede conmigo, por el contrario, la confianza real, es saber y tener conciencia de nuestras habilidades y capacidades, es saber que podremos caer y equivocarnos, pero sin embargo, confiaremos en que hemos trabajado y entrenado constantemente para revertir estas situaciones, teniendo claridad de que podemos responder cuando las cosas se ponen difíciles.

Las personas con confianza igual sienten nervios e inseguridad. La confianza no es una emoción que surge como efecto de algo, la confianza es algo que se construye, se trabaja y no viene del resultado, si bien esto puede incidir, la confianza viene del cómo se piensa, como te hablas y cómo te enfrentas a los desafíos.

El apoyo psicológico en el deporte, el contexto deportivo y principalmente en el deportista, desempeña un papel fundamental, invitando a no solo abordar los aspectos técnicos y físicos, sino también, las dimensiones emocionales y mentales del desempeño. Dentro de este ámbito, la confianza se visualiza como un pilar fundamental que influye directamente en la toma de decisiones, respuesta ante la adversidad y capacidad de superación. Trabajar y entrenar la autoconfianza no solo tendrá efectos sobre los resultados deportivos, también fortalecerá la salud mental y el sentido de propósito en las diferentes disciplinas que se desempeñe el deportista.

Si bien, existen múltiples formas de entrenar nuestra confianza, un eje básico y vital está relacionado a los objetivos y metas.

Cuando hablamos de objetivos o metas, nos referimos a una planificación realista y consciente, basada en nuestro entrenamiento, capacidad y aquello a lo que buscamos llegar y aspirar. Es necesario evitar poner como objetivos, metas vacías o poco realistas, como por ejemplo “Quiero ganar siempre” “Nunca más fallaré”. Si bien seria ideal que esto pase, las probabilidades de que las cosas funcionen así son casi un 0%, lo que ayudaría solo a generar frustración, desmotivación y una falsa sensación de fracaso. La derrota y los fallos no siempre dependen de uno, hay factores externos que pueden incidir en estos, el rival, el clima, etc. Importante: no todos los factores del juego son controlables.

Para fortalecer y mejorar nuestra confianza necesitamos objetivos claros que tengan conciencia del proceso. Los objetivos deben ser

  • Específicos
  • Medibles
  • Alcanzables
  • Relevantes
  • Contextualizado en tiempo (En 2 semanas debo…) (En 4 semanas debo…) (de aquí a 2 meses…)

Para lograr nuestros objetivos es fundamental ir evaluando los mismos, visualizando el progreso, y lo que debemos seguir trabajando. Los tiempos son estimados, deben cumplirse, pero pueden existir variaciones, lo fundamental es continuar trabajando.

Por consiguiente, es necesario referir en nuestros objetivos variables de obstaculización, buscando operativizar las mismas, esto alude a identificar las barreras que puedan dificultar el llevar a cabo el logro de estos, creando así un plan de acción en el que se buscara intervenir efectivamente dichos obstáculos. Es importante mencionar que las variables de obstaculización pueden ser internas o externas. (Internas: relacionadas al deportista ”Ansiedad”) (Externas: relacionadas con la situación, contexto, circunstancias “Infraestructura, clima”).

El crear objetivos claros y alcanzables será fundamental para el desarrollo de tu confianza. Define tus objetivos y transforma la confianza en una habilidad entrenable, sólida y sostenible en el tiempo, convirtiendo esta en un factor clave de tu rendimiento.

En el mundo del deporte, a menudo nos enseñan que el éxito se mide únicamente por el resultado final: ganar o perder. Sin embargo, esto crea una presión constante y un enfoque limitado en el proceso, en lugar de en el esfuerzo, el crecimiento y la mejora continua. La dictadura del resultado nos hace olvidar que cada paso en el camino es valioso. La verdadera victoria está en la capacidad de aprender de los errores, de perseverar a pesar de las dificultades, y de disfrutar del proceso de superación personal. Es fundamental que los deportistas, entrenadores y aficionados entendamos que el deporte no solo se trata de alcanzar la meta final, sino de todo lo que construimos a lo largo del camino: resiliencia, disciplina, trabajo en equipo y autoconocimiento. El resultado no define tu valor, pero sí lo hace el esfuerzo y pasión con la que te entregas cada entrenamiento (Alcarruz, 2025).