El rugby es más que un simple deporte; es una forma de vida que fomenta la disciplina, el trabajo en equipo y la superación personal. A través de sus valores fundamentales, como el respeto, la solidaridad y la perseverancia, esta disciplina une a personas y les brinda una oportunidad para crecer tanto dentro como fuera del campo. Con una rica historia y una creciente popularidad en Chile, el rugby se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo de jóvenes deportistas. En este contexto, destacamos a Abel Carrasco Gatica, un joven de 25 años originario de Pitrufquén, quien ha encontrado en el rugby una verdadera pasión.
Abel comenzó a practicar rugby en el año 2015, durante su segundo año de educación media, gracias a la influencia de amigos que ya participaban en esta emocionante disciplina. Desde entonces, ha dedicado nueve años de su vida a perfeccionar sus habilidades y contribuir al crecimiento del deporte en su región. A lo largo de los años, Abel y su equipo han luchado por alcanzar el podio en diversas competencias intrarregionales e interregionales. Su esfuerzo y dedicación han dado frutos, permitiéndoles consolidarse como un equipo competitivo dentro del panorama regional.
Actualmente, Abel forma parte de la selección de Rugby XV de la Araucanía, preparándose para representar a su región en campeonatos nacionales y con aspiraciones de jugar fuera del país. Esta oportunidad no solo es un honor personal para él, sino también un reflejo del arduo trabajo realizado por todos los integrantes del equipo y sus entrenadores. “Nos estamos preparando con mucha dedicación y entusiasmo”, comenta Abel. “Sabemos que cada partido es una oportunidad para demostrar nuestro compromiso y amor por este deporte”.
“En los entrenamientos siento la adrenalina del enfrentamiento contra otra persona, la necesidad de levantarme y seguir”, comparte Abel. “El rugby es mi familia y siento la responsabilidad de representar a mi equipo Queltehue y a mi tierra como se debe”.
Para él, cada sesión de entrenamiento es más que solo práctica; es una oportunidad para superarse y fortalecer los lazos con sus compañeros. “El compañerismo que se genera en el campo es único; estamos unidos por un mismo objetivo”, añade.
Las metas de Abel son claras: representar su tierra con orgullo y contribuir al crecimiento del rugby en su comuna. A medida que se acerca la temporada competitiva, Abel invita a otros jóvenes a acercarse al rugby: “Es un deporte que te enseña mucho más que solo técnica; te forma como persona”.