A sus 55 años, Marisol Cares deslumbra en cada feria gastronómica con el aroma y sabor de su cocina. Oriunda de Curacautín y actualmente vecina de Pitrufquén, Marisol es el alma detrás de “Delicias Mami Tol”, un emprendimiento que nació de la necesidad, pero creció gracias al amor por la cocina, el empuje familiar y las oportunidades que brinda la comunidad local.
“Siempre vendí empanadas, pero fue cuando me inscribí en el centro de negocios de Pitrufquén que este proyecto tomó forma. Mi nieta Isabella fue quien escogió el nombre, y desde ahí comenzamos con más ganas que nunca”, recuerda con una sonrisa.
Como en toda historia emprendedora, los primeros pasos no fueron fáciles. Hubo que invertir en toldos, utensilios, y sobre todo, adaptarse a trabajar en espacios reducidos. “Gracias a mi equipo —mi familia— lo pudimos resolver muy bien. Juntos hemos levantado este sueño”, afirma con orgullo.
Hoy, su puesto es uno de los esperados en cada feria o evento local. Sus clientes la buscan directamente, atraídos por su gastronomía tradicional, pero también por la calidez de su atención. En su carta destacan las empanadas fritas de pino, queso y mariscos, el famoso sándwich de mechada queso, cazuela de ave de su propia producción, plateada al horno, guatitas a la chilena y las clásicas tortillas de rescoldo.
“Siempre nos hemos esforzado por ofrecer un producto de calidad. Nos adaptamos a las temáticas y a lo que la gente quiere probar. Eso se refleja en nuestras ventas y en la fidelidad de nuestros clientes”, señala Marisol.
Una de las experiencias que más recuerda es su participación en la primera feria de fiestas patrias organizada por el centro de negocios de Pitrufquén, que significó un verdadero desafío logístico por la cantidad de días de trabajo. Sin embargo, los resultados superaron todas las expectativas.
Pero no todo ha sido fácil. Uno de los principales obstáculos ha sido el constante aumento del costo de las materias primas. “Tratamos de mantener nuestros precios sin bajar la calidad, porque eso es lo que nos caracteriza”, comenta.
Marisol anima a otras mujeres que desean emprender señalando “que no duden de sí mismas. Que aprovechen las herramientas que ofrece el municipio y el centro de negocios. Una mención especial para don Huguito y don José, que siempre han creído en mí. También hay muchos cursos y programas como Balloon Internacional que valen la pena”.
El emprendimiento de Marisol no solo ha sido un sustento económico. Gracias a “Delicias Mami Tol”, sus dos hijos mayores ya cuentan con títulos profesionales. Ahora, su meta es clara y es que su hijo menor, Felipe, pueda cumplir sus sueños y que su marca siga creciendo y dejando huella en la comuna.
“Me llena ver a la gente feliz y satisfecha. Esa es mi mayor satisfacción. Este negocio me ha dado más de lo que soñé, y aún tenemos mucho por entregar”, concluye emocionada.
