
Una historia de esfuerzo, dedicación y amor es la que protagoniza Valeria Salazar Avendaño, joven odontóloga nacida en Pitrufquén y criada en Freire. Tras años de estudio y perseverancia, hoy se ha consolidado en su comuna natal, donde ejerce con una mirada cercana y familiar, destacando por su vocación de servicio y su compromiso con la prevención y el cuidado de sus pacientes.
Su trayectoria escolar estuvo marcada por distintas etapas. Comenzó en la Escuela Juan Seguel de Freire, luego cursó parte de su enseñanza básica en el colegio Adventista de Pitrufquén, para finalmente completar la educación media entre el liceo Ciencias y Humanidades de Pitrufquén y el liceo Camilo Henríquez de Temuco. De esos años, Valeria guarda recuerdos imborrables de dos docentes que dejaron huella en su formación: “La profesora Rosa Nahuelhual siempre buscaba nuevas actividades para entretenerme y mantenerme aprendiendo, mientras que el profesor Luis incentivaba el estudio, la oratoria y la presentación oral. Gracias a él, incluso dirigí actos cívicos. A ambos los recuerdo con mucho cariño”, afirmó.
Su interés por la odontología nació en casa, inspirada por su madre, laboratorista dental desde 1991. “Toda mi vida estuve viendo dientes. Al inicio estudié otra carrera, geología, pero no me gustó. Motivada por mi familia entré a odontología, y tenían razón; me gustó mucho”, recordó con humor. También destaca la influencia de su dentista, el Dr. Marcelo Medina; “Siempre me atendió con paciencia y cariño, eso también me marcó”.
Valeria estudió en la universidad de La Frontera de Temuco, donde vivió una etapa exigente pero muy enriquecedora. “Mi experiencia fue muy buena, con disciplina, responsabilidad, perseverancia, apoyo familiar y, sobre todo, con mi fe puesta en Dios. Eso me permitió terminar en los años correspondientes y con premio a la excelencia académica”, señaló.
De esos años universitarios rescata tanto lo difícil como lo valioso. “Lo más desafiante fueron los años clínicos, porque dependía no solo de mis conocimientos sino también de la responsabilidad del paciente. Lo más gratificante fue el círculo de amistad que formé y que hasta hoy conservo con todo el corazón”.
Pero Valeria no solo es profesional, también es mamá. Madre de dos hijos, Santi y Joaco, asegura que la maternidad ha potenciado su manera de atender. “Me encanta ser mamá, y eso me ha permitido desarrollar habilidades blandas que aplico en mi trabajo, sobre todo con los niños. Los trato como me gustaría que atendieran a mis hijos, con amor y paciencia”. Con el apoyo de su esposo y de sus padres, ha logrado compatibilizar la crianza con el ejercicio profesional.
Se tituló en 2021 y ese mismo año comenzó a trabajar, primero en Temuco y luego de manera independiente en Pitrufquén. “Partí en un box pequeño, con mucho amor y el respaldo de mi familia. Ahí descubrí mi facilidad para empatizar con pacientes temerosos, tanto niños como adultos, y esa cercanía ha sido reconocida por ellos hasta el día de hoy”, relató.
Actualmente atiende en Dentalis, ubicado en el edificio Centro Plaza de Pitrufquén (Balmaceda 337, oficina 204), donde ofrece atención integral a todas las edades. “Soy odontóloga general con un diplomado en salud oral del niño y adolescente, pero me considero odontóloga familiar. Quiero ser como un médico de cabecera, acompañando a mis pacientes en todas sus etapas y fomentando la prevención”, explicó.
Su pasión por la educación en salud oral es evidente. “Me motiva lograr que los pacientes pequeños puedan estar libres de caries toda la vida. Eso es posible, y trabajar en la prevención me llena de energía y compromiso”.
Además de su labor clínica, Valeria realiza charlas gratuitas en instituciones que lo soliciten. “Es una manera de retribuir a las comunas que me han visto crecer. Nací en Pitrufquén, me crié en Freire y siempre he querido aportar desde lo que sé hacer”, concluyó con una sonrisa.