El voto en Chile es voluntario desde el año 2012. Desde entonces, la participación ciudadana se ha reducido. Y en estos últimos procesos eleccionarios de Mayo y Junio, la baja participación ha bajado a niveles históricos.
Pero, ¿qué pasa si va poca gente a votar?
¿Cual son las razones, por las cuales las personas deciden no ir a votar?
Y finalmente, independiente del resultado electoral, la pregunta al final de la votación para muchos será: ¿Cuánta gente participó para legitimar el proceso?
Si hablamos de razones, desde hace más de un año, muchos le atribuyen a “La Pandemia” el potencial de estropear una elección, pero a mi juicio, existen otros factores que también afectan la participación o las ganas de querer participar.
El sistema electoral vigente: que obstaculiza la real voluntad popular, de poder elegir a sus representantes, donde en muchos casos terminamos teniendo representantes que resultan electos gracias a los votos de la sumatoria de una lista y no gracias a sus propios votos, y en muchos casos los más votados incluso quedan sin posibilidad de acceder a un puesto de representación popular, causando desconcierto y justificada desconfianza del proceso mismo.
En el caso de nuestra región de la Araucania, la conectividad vial es uno de los factores también determinantes, debido a la dificultad de poder trasladarse, para muchas y muchos vecinos. Teniendo que recurrir constantemente a la práctica tradicional del “acarreo” que igualmente pueden afectar la libre determinación de quien decide participar a través de esa via, razón por la cual muchos prefieren restarse.
La precaria formación civica que existe en la ciudadanía en general, que finalmente nos lleva a dejar en manos de pocos el destino de muchos, mas allá de que exista el descontento social y la consigna antipartidista.
Finalmente, ¿Tiene la ciudadanía la capacidad de incidir en las decisiones políticas? A mi parecer, mientras menos participamos de éstos procesos, menor será nuestra incidencia en dichas decisiones. Por lo cual, más allá de coincidir en la idea de cambiar el sistema electoral y las malas prácticas, del duopolio político existente en el país; como ciudadanía organizada e independiente, debemos generar estrategias para asegurar esos cambios y generar redes que nos permitan fortalecernos desde nuestras bases y terminar con la verticalidad del poder.