La compleja operación realizada en el HHHA, fue a raíz de un accidente que, tuvo como consecuencia una exposición ósea y daño en el tendón de Aquiles. La intervención realizada por los especialistas, tuvo la particularidad que, a excepción de las otras cirugías en las que se realizan injertos de piel, esta implicó una minuciosa supermicrocirugía obteniendo tejidos de otra zona del cuerpo, pero con conexión vascular, es decir, que las venas que distribuyen sangre y que dan vida a la piel sigan fluyendo de manera normal.
Respecto a este tipo de cirugías, el Dr. Joaquín Bernales, jefe de la Unidad Cirugía Plástica del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, explicó que “en general y para este tipo de casos, la mejor opción terapéutica es el colgajo libre, que corresponde, a una unidad de tejido (piel, músculo, grasa, hueso, etc) que se transfiere de una zona del cuerpo a otra, en la cual se interrumpe su irrigación sanguínea pero que luego, se reestablece en la zona receptora o afectada mediante técnicas microquirúrgicas”.
Lo diferente y complejo de este caso fue que al ser una supermicrocirugía, se requirió extrema precisión de anastomosis “que es donde se realiza la conexión de los vasos arteriales y venosos en microscopio, que miden aproximadamente 1 milímetro de diámetro. En el paciente de seis años, se realizó un colgajo de perforante en la región inguinal, donde se obtuvo un segmento de piel con tejido graso irrigado por una perforante, la que se llevó al talón y se dio la cobertura del tejido óseo y tendíneo expuesto. Es primera vez, en este hospital que se realiza este tipo procedimiento, por supuesto, de muy alta complejidad”, agregó el Dr. Bernales.
El Dr. Pedro Pablo Ulloa, cirujano plástico reconstructivo del HHHA, estuvo presente en pabellón para la intervención, quien detalló que “el paciente derivado desde Lonquimay, por accidente colocó el talón en los rayos de la motocicleta afectando seriamente esta extremidad. Gracias a la colaboración de la gente de pabellón, cirugía y subdirección médica, pudimos contar con los medios necesarios para realizar este procedimiento”.
La ventaja de esta meticulosa cirugía es que no se daña ningún tipo de musculatura o estructura importante de la zona de donde se retiró el colgajo, y así evitar cualquier secuela funcional, con una rápida recuperación. Además, la cicatriz realizada en la zona inguinal quedará en una zona no visible, generando una ventaja desde el punto de vista estético añadió el especialista.
Para la realización de esta operación se solicitó la supervisión del Dr. José Ramón Rodríguez, cirujano del Hospital Sotero del Río, quien ha trabajado con este tipo de casos gracias a especialización realizada en Taiwán, quien explicó que “es una lesión grave, en la que, si uno no reconstruye mediante una cobertura adecuada, con tejido del mismo paciente, existe el riesgo de perder la extremidad. En ese sentido, habría sido necesario realizar la amputación del pie, pero para este caso realizamos un colgajo libre microquirúrgico permitiendo tener una operación exitosa”.
Para el HHHA, la innovación e incorporación de nuevas tecnologías es de suma importancia para dotar a los equipos clínicos con las herramientas para llevar a cabo cirugías de alta complejidad. En este sentido, la máxima autoridad hospitalaria, director Heber Rickenberg, afirmó que “para nosotros siempre ha sido prioridad el brindar una atención de primera calidad a todos los pacientes que acuden a nuestro hospital”.
A pesar de la complejidad del procedimiento, el trabajo realizado por los cirujanos del hospital regional permitió al niño no sólo conservar su extremidad, sino que también una rápida recuperación para continuar su vida de manera habitual.