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Carlos Vallejos: un hijo de la educación pública que proyecta su vocación docente y política al servicio de La Araucanía

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Carlos Vallejos Vallejos tiene 45 años y se define como un hombre de raíces sencillas, formado en los valores de la educación pública y marcado por una fuerte vocación de servicio. Nacido y criado en el sector de Pueblo Nuevo, en Temuco, ha recorrido un camino que lo llevó de las aulas escolares al trabajo político y social, siempre con un mismo propósito: servir a la comunidad.

Desde temprana edad, Vallejos estuvo ligado a la educación. Estudió su enseñanza básica en la Escuela Alonso García Nº 504 y la enseñanza media en el Liceo Comercial A-26, conocido hoy como Insuco. Posteriormente, ingresó a la Universidad de La Frontera, donde cursó pedagogía en historia, geografía y educación cívica. “Soy hijo de la educación pública y me siento orgulloso de eso. Me permitió comprender que el conocimiento no solo abre puertas, sino que también genera herramientas para transformar realidades”, señala.

Su interés por la historia se remonta a la infancia, influenciado por su abuelo, con quien compartió gran parte de su crianza. “Él siempre me hablaba de Chile, de sus tradiciones y de su historia. De ahí nació ese amor por la patria, por la disciplina, por el respeto, y por la historia y la geografía. Con el tiempo entendí que la educación era el camino para transmitir todo eso a las nuevas generaciones”, relata.

En sus más de 16 años como profesor, Vallejos impartió clases a miles de estudiantes en diversos establecimientos, entre ellos el liceo Brainstorm y el liceo Camilo Henríquez de Temuco, instituciones que recuerda con especial afecto. “Guardo un cariño inmenso a los ex estudiantes, a los actuales docentes y a las comunidades educativas con las que compartí. La docencia fue para mí una oportunidad de comunicar y de construir orgullo por lo que somos como país”, asegura.

Durante su etapa universitaria también se destacó en el ámbito social, organizando preuniversitarios gratuitos para jóvenes de Temuco, convencido de que la educación debía estar al alcance de todos y no ser un privilegio de pocos.

El salto a la política

Ese espíritu de servicio lo condujo, hace ya dos décadas, a militar en la Democracia Cristiana, partido en el que hoy es presidente regional, desempeñando su segundo período consecutivo en el cargo. “Llevo 20 años de militancia. No me cambio de domicilio político porque la DC es lo que soy y lo que quiero representar. El humanismo cristiano, que busca la justicia social desde la dignidad de la persona, es algo que nuestra sociedad necesita hoy más que nunca”, afirma.

Para Vallejos, la política debe alejarse de los extremos y recuperar la capacidad de diálogo y encuentro. “Los polos y la irracionalidad atentan contra la democracia. Yo creo en la matriz cristiano-occidental que fundó nuestra sociedad y que aún está vigente. Eso quiero representar: equilibrio, responsabilidad y compromiso con el bien común”, puntualiza.

Su experiencia profesional también se ha extendido al servicio público. Fue jefe de gabinete del Servicio Nacional del Adulto Mayor durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet y trabajó en el “segundo piso” de La Moneda, en la División de Organizaciones Sociales. Desde allí pudo observar de cerca cómo se diseñan las políticas públicas y, al mismo tiempo, constató las dificultades que genera el centralismo en regiones como La Araucanía.

Proyecciones y propuestas

Hoy, Vallejos proyecta su trayectoria hacia un desafío mayor: una candidatura parlamentaria que busca representar a las 16 comunas del Distrito 23. Su programa se articula en cuatro grandes ejes:

Seguridad pública: propone robustecer las facultades y la modernización de Carabineros y la Policía de Investigaciones, entregando mayores herramientas a las instituciones que resguardan el orden y la seguridad de los ciudadanos.

Empleo juvenil: impulsar la articulación público-privada para crear más oportunidades laborales, generando incentivos y subsidios que permitan la contratación de jóvenes en la región.

Educación de calidad: avanzar en la calidad de la enseñanza en todos los niveles. “La cobertura ya no es nuestro principal problema, sino la calidad de la educación. Si puedo aportar a legislar en esa línea, lo haré con todo mi esfuerzo”, sostiene.

Defensa de los derechos sociales: proteger y consolidar los avances alcanzados en materia de derechos sociales, procurando mayor equidad y descentralización en su aplicación.

“Yo provengo de un sector popular, de Pueblo Nuevo, y conozco cómo impactan las políticas públicas en los barrios. Mi desafío es legislar con cercanía, con realismo y con rapidez para aprender lo que se requiere en el Congreso”, expresa.

Más allá de la política

Aunque la educación y la política han sido ejes centrales en su vida, Carlos Vallejos también cultiva intereses personales que lo conectan con su entorno. Es amante de la lectura, apasionado del básquetbol en su juventud y un entusiasta de las conversaciones y la reflexión colectiva. “Me gusta compartir con amigos, dialogar con personas de distintos intereses y aprender de cada uno de ellos. La universidad me ayudó a abrirme al mundo y a perder la timidez, y me marcó profundamente el lema de la UFRO: Itinerarius mentis ad veritatem, el camino de la mente en busca de la verdad. Eso trato de aplicarlo en mi vida diaria”, comenta.

Hoy, con 45 años y una vasta experiencia en el ámbito educativo, social y político, Vallejos reafirma su convicción de seguir trabajando por su región y su país. “Yo amo Chile, amo La Araucanía y me mueve el profundo compromiso de servir. Esa es mi motivación y el motor de cada paso que doy”, concluye.