Rocío Belén González Campos, una talentosa joven de 14 años, ha destacado en el mundo del karate, mostrando su dedicación y pasión en esta disciplina. Actualmente cursa séptimo básico en el Colegio Madres Dominicas de Pitrufquén y es cinturón azul de karate, entrenando bajo la dirección del sensei Cristian Seguel Valenzuela, cuarto dan.
Con una personalidad amorosa y un gran sentido del humor, Rocío es buena para conversar y reír. Tiene una notable facilidad para hablar sobre su experiencia en el karate, lo que demuestra que es algo que realmente le apasiona. Sus ganas de compartir sus logros son evidentes cuando habla sobre este deporte.
Desde muy pequeña, Rocío comenzó a bailar ballet a la edad de 4 años y continuó hasta los 9. Aunque disfrutaba del ballet, no le llenaba tanto como el karate, por lo que decidió dejarlo antes de comenzar su camino en este último deporte. A los 11 años, decidió incursionar en el karate. Inicialmente, tenía dudas sobre este deporte, pensando que era solo para niños y que se requería mucha fuerza. Sin embargo, su interés por aprender defensa personal la llevó a inscribirse.
“Lo tomé para aprender defensa personal porque uno no sabe en qué momento de la vida lo va a necesitar”, comenta Rocío. A pesar de haberse asustado al principio con los gritos fuertes en clase, rápidamente se enamoró del karate y ahora no puede imaginar su vida sin él. “Me encanta y lo disfruto mucho”.
El apoyo familiar ha sido fundamental en su camino. “Al principio, mi mamá nos motivó a mi hermana y a mí a aprender karate para defensa personal, pero creo que no pensó que nos iba a gustar tanto”, dice Rocío con una sonrisa. Hoy en día, sus padres están contentos y apoyan su pasión.
Rocío tiene metas ambiciosas: “Quiero seguir avanzando para lograr el cinturón negro. Aunque sea difícil, hay que seguir adelante”. Su sensei Cristian es una gran fuente de inspiración para ella: “Es muy amoroso y nos motiva a seguir perseverando, especialmente cuando nos frustramos”.
Llevar una vida deportiva no solo mejora su salud física, sino que también le aporta habilidades de defensa personal y fomenta la concentración y la perseverancia. Rocío también aspira a participar en más torneos y campeonatos: “He estado en diferentes torneos en varias ciudades, pero quiero asistir a los más posibles porque son experiencias muy buenas”.
Rocío representa con orgullo a su escuela de karate Hayashi-Ha Shito Ryu. Ryujin de Freire, donde continúa aprendiendo este deporte que tanto disfruta.