En el día internacional del chef, celebrado este 20 de octubre, quisimos conocer la historia de uno de los talentos culinarios que hoy encantan a los comensales de la comuna de Pitrufquén. Se trata de Henry Ibañez Peralta, chef del conocido Capriccio Bistró bar y tapas, quien con solo 30 años ha convertido su pasión por la cocina en un camino de vida lleno de esfuerzo, sabores y creatividad.
Nacido y criado en Machala, una ciudad ubicada al sur de la costa de Ecuador, Henry recuerda que su amor por la gastronomía comenzó desde muy joven, en medio del bullicio y el calor de una familia numerosa.
“Vengo de una familia grande, éramos ocho o diez personas, y cada comida era una locura. Ver cómo se preparaba todo me fascinaba”, cuenta. A ese primer impulso se sumaron los programas de cocina que veía por televisión y la influencia de amigos que trabajaban en restaurantes, experiencias que despertaron en él una curiosidad que con el tiempo se transformó en vocación.
Hace nueve años, Henry llegó a Chile, donde encontró la oportunidad de formalizar su pasión al estudiar gastronomía en Inacap, Temuco. “Siempre tuve el apoyo de mi mamá y de mi tía, fueron quienes me ayudaron para poder cumplir este sueño”, recuerda con gratitud.
Hoy, desde la cocina de Capriccio, Henry disfruta de los desafíos diarios que implica su oficio. “Lo que más me gusta es cuando estamos llenos de comandos y mi mente solo piensa en sacar cada plato perfecto”, confiesa. Pero también disfruta de los momentos más tranquilos, cuando puede dejar volar su imaginación. “Me gusta mezclar sabores, crear cosas nuevas, experimentar”.
Sus especialidades son las carnes rojas y las masas, dos mundos que domina con dedicación y técnica. “Me encanta trabajar las carnes, pero también sé que soy muy bueno con las masas. Son mis dos fuertes”, afirma con una sonrisa.
Con humildad y determinación, Henry proyecta seguir creciendo profesionalmente, perfeccionando su arte y llevando su sello personal a cada preparación. En este día del chef, destacamos su talento, perseverancia y la pasión que se esconden detrás de cada plato; una mezcla de trabajo duro, amor por lo que se hace y el sueño de compartir con otros el sabor de la felicidad.
