
«Estoy feliz de estar aquí», expresa con entusiasmo Julia Reyes, quien ha tomado la decisión de iniciar la carrera de Servicio Social en el Instituto Profesional Santo Tomás Temuco. Su historia es un claro ejemplo de determinación, rompiendo barreras y demostrando que nunca es tarde para aprender.
Originaria de la comuna de Pitrufquén, Julia siempre ha considerado la educación un pilar fundamental en su vida. Tras ver a sus hijos convertirse en profesionales, decidió que era momento de perseguir su propio sueño: formarse en un área que le permitiera seguir contribuyendo a la comunidad.
«Elegí Santo Tomás porque su enseñanza se basa en los valores de Santo Tomás de Aquino, lo que, como católica, tiene un significado especial para mí. He encontrado aquí una institución sólida y un ambiente acogedor, donde todos compartimos el mismo objetivo: aprender y superarnos», comenta emocionada.
El impulso para asumir este desafío provino de sus nietos y de un grupo de amigos, algunos de ellos estudiantes de Santo Tomás, quienes la alentaron a dar el paso. Hoy, con energía y motivación, comparte aulas con compañeros mucho más jóvenes, convirtiéndose en un símbolo de perseverancia y amor por el conocimiento.
Para Alejandra Santana, directora de carreras del área social del Instituto Profesional Santo Tomás Temuco, la historia de Julia representa el espíritu inclusivo de la institución. «Nos sentimos profundamente orgullosos de que la señora Julia haya elegido nuestra casa de estudios para concretar su sueño de acceder a la educación superior. Sabemos que enfrentará desafíos como la adaptación a nuevas tecnologías y la actualización de su visión sobre la realidad social actual. Sin embargo, también creemos que su experiencia y sabiduría enriquecen enormemente a nuestra comunidad educativa. Nuestro compromiso es brindarle todas las herramientas necesarias para facilitar su aprendizaje y su integración con sus compañeros», destacó.
Además, Santana resaltó el compromiso social de Julia, el cual ya era evidente antes de su ingreso a la institución. «La conocimos en una de nuestras actividades de vinculación con el medio junto a CESCOSF de Pitrufquén, en un ciclo de talleres dirigidos a dirigentes comunitarios. Desde el inicio, su entusiasmo, vocación de servicio y disposición al aprendizaje fueron notables. Decidir estudiar a los 73 años es un acto de valentía y determinación que nos inspira a todos. Julia nos enseña sobre resiliencia, confianza y la importancia de perseguir nuestros sueños. Estamos seguros de que encontrará en Santo Tomás el apoyo y la formación que merece, y la acompañaremos en cada etapa de este camino», afirmó.
La historia de Julia refuerza la idea de que la educación no tiene edad ni límites. En el Instituto Profesional Santo Tomás Temuco, ha encontrado no solo un espacio para su crecimiento académico, sino también una comunidad dispuesta a apoyarla en este nuevo capítulo de su vida.