Pamela Pino y Felipe Rubilar, una pareja emprendedora de Pitrufquén, han logrado convertir su pasión por los churros en un exitoso negocio. La historia de este emprendimiento comenzó durante la pandemia, en medio del año 2020. Pamela relata que la idea surgió cuando su familia se quedó sin trabajo debido a la situación sanitaria, y decidieron empezar a preparar churros desde casa para vender, ya que en Pitrufquén no había opciones cercanas para disfrutar de este delicioso manjar. La acogida fue positiva, y con el tiempo conoció a Felipe, quien se entusiasmó con la idea. A pesar de haberse conocido en un trabajo anterior, el espíritu emprendedor los unió, y juntos lograron abrir un local establecido en pleno centro de Pitrufquén.
La receta de los churros perfectos fue el resultado de múltiples intentos y errores, con la pérdida de harina como uno de los desafíos más importantes. Felipe, quien anteriormente había emprendido con una empresa de hielo llamada “El Weon del Hielo”, vio en esta nueva aventura una oportunidad para seguir persiguiendo su sueño emprendedor, a pesar de ser prevencionista de riesgos de profesión.
El kiosco, ubicado en la calle Rodríguez 812 esquina Bilbao, lleva por nombre “RikiChurros” y pronto cumplirá un año desde su apertura. Pamela y Felipe están agradecidos por el apoyo recibido por parte de los clientes frecuentes que han encontrado en su local un lugar para disfrutar de una amplia variedad de churros, además de chocolate caliente y granizados. También ofrecen servicio de delivery con una recarga de $2.000 pesos dentro de Pitrufquén. Para seguir sus novedades, invitan a seguirlos en Instagram como @rikichurros.
