A cien años del natalicio de la ilustradora Elene Poirier Fica, la municipalidad de Gorbea reconoce la labor de esta mujer Gorbeana que destacó como artista y creadora de innumerables ilustraciones para cuentos infantiles como: El Peneca, Simbad, El Cabrito, La Porota y La Hormiguita Cantora entre otros.
Elene es hija de inmigrante francés, Auguste-Jean Poirier, y madre chilena, Berta Fica, Elena Poirier nació en Gorbea, en la región de La Araucanía. A pesar de no haber concluido sus estudios secundarios ni haber seguido una carrera universitaria, cultivó desde pequeña la pasión por el dibujo, pasión que la llevó a repuntar en el campo de la ilustración bajo el alero de Mario Silva Ossa (Coré).
Su carrera artística comenzó a los catorce años como ilustradora de cuentos infantiles para la Editorial Zig-Zag, entonces a cargo de Elvira Santa Cruz (Roxanne). Esto fue posible gracias a Mario Silva Ossa, ilustrador de El Peneca, quien al conocer su trabajo accidentalmente la contactó para que trabajara en dicha revista. Por consejo del mismo Coré, asistió a cursos libres en la Escuela de Bellas Artes.
En 1957 recibió ayuda del Instituto de Cultura Hispánica, gracias a la que viajó a España, donde permaneció tres años y realizó su primera exposición individual de acuarelas de hadas. Luego se trasladó a Italia e ingresó a la Universitá per Strannieri de Perugia, a estudiar historia del arte. Después de dos años de penurias consiguió un trabajo estable en la Iniziative Editoriali. Allí se hizo cargo de ilustrar la serie de cuentos clásicos “C’era una volta”, perteneciente a la revista infantil Miao. Precisamente para el público infantil italiano inventó la historia muda de “Coccinella” (Chinita) con la que logró definir su estilo en tierras mediterráneas. Entre sus trabajos en el exterior también se cuentan ilustraciones para revistas de Colombia e Irak.
A pesar de la distancia, Elena Poirier nunca dejó de enviar sus contribuciones a Chile. Envió ilustraciones para revistas infantiles (como El Peneca, El Cabrito, Simbad), libros de cuentos infantiles de autores tradicionales (Andersen, Perrault y los Hermanos Grimm), libros para editoriales (Zig-Zag y Rapa Nui) y, sobre todo, los dibujos que acompañan los cuentos de Alicia Morel: La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía, (1957), Cuentos de la Pícara Polita (1973), Polita va a la escuela (1985), Polita aprende el mundo, (1991), Aventuras del duende Melodía (1994) y Polita en el bosque (1996).
Con sus coloridas ilustraciones y diversos personajes maravillosos, tales como hadas, duendes y gnomos, Elena Poirier alimentó la imaginación y creatividad de varias generaciones de niñas y niños de diversos lugares del mundo. Por esta labor recibió en Chile varios premios entre 1952 y 1956.
El 28 de noviembre de 1998, murió en Roma, Italia, a causa de un cáncer pulmonar. Elena Poirier, precursora de la ilustración en Chile, fue sepultada en Roma en el cementerio de Rocca di Pappa. En una lápida de piedra, sus amigas italianas esculpieron un fragmento de una carta de Alicia Morel que dice: “Elena, su mágico mundo de fantasía, especial y genial artista de corazón de niña”.
Antes de morir, la artista legó su trabajo pictórico al Museo Histórico Nacional de Chile. En el año 2015, esta institución realizó una exposición retrospectiva de su obra junto con la edición de un libro con sus ilustraciones.