
El pasado viernes se vivió un momento lleno de emoción en Pitrufquén porque la familia Flandez Toledo recibió oficialmente las llaves de su nuevo hogar, luego de que su antigua vivienda quedara completamente destruida por un voraz incendio. Esta tragedia, sumada a la dolorosa pérdida de su nieto, había marcado a la familia, pero la solidaridad de la comunidad hizo posible que renaciera la esperanza.
La construcción de la nueva casa, de 150 metros cuadrados, fue posible gracias a la colaboración de muchas personas. Destaca la participación del empresario local Edgardo Burgos y su hijo Helthon, quienes donaron mano de obra junto a su equipo durante aproximadamente dos meses. “Gracias a Dios y a mi familia que siempre me acompañan en todo lo que hacemos, pudimos devolverle la alegría a esta hermosa familia”, señaló Burgos durante la inauguración.
La iniciativa comunitaria incluyó un bingo benéfico y carreras a la chilena, que permitieron reunir fondos para los materiales. Además, gracias a la gestión de Raúl Torres, del Rotary Club, se logró conseguir casi un 60% de los materiales necesarios. La Alcaldesa de Pitrufquén asistió al corte de cinta, destacando la unión y el esfuerzo de la comunidad en momentos difíciles.
Juan Flandez, visiblemente emocionado, agradeció a todos los que hicieron posible este sueño. “No saben cuántas gracias les damos. Sin su ayuda, nuestra nueva casa nunca habría sido realidad”. La familia ahora cuenta con un hogar seguro y digno, símbolo del compromiso y la generosidad de quienes creen que juntos se puede reconstruir la vida después de la adversidad.
El corral La Esperanza y toda la comunidad también fueron parte de esta historia, demostrando que la solidaridad y el trabajo conjunto pueden transformar la tristeza en esperanza y alegría.