Ministro Figueroa visita escuela siniestrada en Perquenco y se reúne con directores de establecimientos víctimas de ataques incendiarios

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En septiembre pasado, 27 niños de la escuela Las Cerezas de Perquenco vieron cómo el recinto fue quemado intencionalmente, sumándose a los más de diez establecimientos educacionales que han vivido la misma situación en la región. La única alternativa para que su educación no fuera interrumpida fue el traslado a una iglesia cercana donde hasta la actualidad asisten a clases.

“Nuestro objetivo siempre ha sido darle lo mejor a los niños y a las familias que lo necesitan. La educación es el elemento clave para avanzar y desarrollarse, eso todos los deben entender, y cuando se trunca la educación, al ponerle estos obstáculos a los niños, se les está cortando un futuro mejor”, comentó Wilson Benavides, director del establecimiento.

Tras el incendio y al ver los restos de 40 años de vida del recinto educacional, el director y los profesores no lo dudaron, se unieron con los mismos apoderados quienes al día siguiente del siniestro ayudaron a levantar escombros y lo más importante, no dudaron en seguir enviando a sus hijos a clases. Es más, si antes la asistencia era del 80%, ésta subió a más de 90% tras el incendio.

Benavides recuerda que sintieron que “la señal era volver a reencontrarnos con los niños y vivir juntos este proceso doloroso, sabiendo que ellos son los que necesitan seguir desarrollándose día a día, son el motor para poder levantarnos. Acá hay solo escombros de una estructura, pero la escuela sigue presente, nos vamos a avanzar porque la comunidad nos ha dado un apoyo incondicional. Mañana podremos levantarnos nuevamente”.

Con ese espíritu la comunidad educativa recibió al ministro de Educación, Raúl Figueroa, quien durante su visita a la región, quiso conocer cómo, pese a la adversidad, se ha puesto de pie.

Durante el encuentro los estudiantes comentaron que varios de ellos sólo conocían esa escuela y que aun sienten haberla perdido. Juliette Curilén comentó que se siente feliz de reencontrase con sus compañeros y por las clases a las que asiste, sin embargo, recuerda que al verla quemada se sintió “triste poque cuando entré a la escuela estaba feliz porque nunca había ido a un lugar así”, mismo sentimiento tiene Damián Díaz de 5° básico, que recuerda que pasó cinco años estudiando en el establecimiento.

Tras el diálogo con la comunidad educativa el ministro aseguró que la violencia de la que han sido víctimas a la fecha 12 escuelas de La Araucanía es inaceptable y debe ser condenada de manera absoluta. “No es posible que se prive a los niños de su derecho de educarse. Quiero destacar el esfuerzo de esta comunidad que con toda la adversidad dada por la pandemia y además la violencia ha logrado levantarse, poniendo el esfuerzo para que el alma de la escuela siga viva. Se deben condenar transversalmente este tipo de atentados que afectan a quienes necesitan más protección y que encuentran en sus escuelas un espacio de cuidado y enseñanza”.

Para escuchar a otras comunidades educativas que han vivido esta misma situación, el secretario de Estado se reunió con directores de establecimientos víctimas de ataques incendiarios. En el encuentro participaron representantes de recintos de Collipulli, Ercilla, Lumaco, Freire, Traiguén, Victoria y Perquenco.

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