Columna de opinión: ¿Los conflictos entre políticos, son personales? o ¿deben ser de agenda pública?

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Por Eric Iturriaga Gutiérrez
Cientista Político y Gestor Público
Presidente Regional de la Juventud
Demócrata Cristiana en la Araucanía

Este año 2020 ha estado cargado de sucesos de importancia política como las medidas de salud, económicas y sociales, tomadas para contener la emergencia sanitaria y económica de las familias del País. Pero estas han suscitado varias polémicas y diferencias políticas entre las autoridades tanto nacionales (Ministros, Senadores, Diputados) como locales (Cores, Alcaldes y Concejales).

En la actualidad en la Araucanía, se ven reflejadas las diferencias entre las actuales autoridades locales que son expresadas casi semanalmente a través de los Facebook de los mismos. Ahí se pueden encontrar quejas, argumentos e interpelaciones entre ellos, que a veces tienden a destacar actitudes y conductas personales de las autoridades, más que su labor pública o política.  Al respecto, se supone que la función pública y que propende a la búsqueda del bien común de la comuna siempre estará cargada de diferencias, problemas y tensiones, dado los distintos pensamientos que existen en una sociedad democrática y plural como lo es la nuestra. Es por ello que parte fundamental del ejercer un cargo público en democracia es respetar la representación del otro, es decir a la gente que está detrás (a través del voto) de la autoridad elegida. Además de saber lidiar con las diferencias, para conseguir un avance en un objetivo comunitario, es decir, los intereses individuales o personales pasan a segundo plano frente al problema común.

Si un político no sabe llegar a acuerdo, y solo reconoce las diferencias, estará explotando el conflicto, lo que no sería del todo malo si la diferencia es política. El gran problema es cuando dicho conflicto pasa al terreno personal, donde caen en descalificaciones, y odiosidades que solo hacen crecer el problema y no contribuyen a la búsqueda de la solución, pues se subjetiva la raíz del problema, mezclándose con sentimientos, intereses y visiones individuales y personales.

Las autoridades elegidas por el pueblo deben mantener su comportamiento en razón del objetivo para el que se les escogió, buscar soluciones en conjunto, pero bajo ningún termino, realizar conflictos o peleas personales que validen sus posiciones políticas. Esta forma solo daña la institucionalidad, aparta a la gente de la política, y genera odiosidades que dividen la sociedad sin contribución verdadera a la búsqueda de soluciones. En resumen, un conflicto político, no debiera pasar a ser un conflicto personal, se debe mantener el respeto al debate público donde participan todos.

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